Es muy importante saber que cuando oramos y hacemos guerra espiritual, lo hacemos desde una posición de victoria—no desde una posición de derrota.
La Biblia es clara y enfática cuando dice que en Cristo Jesús, somos más que vencedores. Podemos ver esto en el libro de Romanos 8:37: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”
Un par de versículos antes, habla de tribulación, angustia, persecución, hambre, peligro, implicando que Cristo está por encima de todas estas cosas y que, con Él y en Él, somos más que vencedores. Su Palabra también dice en Efesios 2:6 que estamos sentados juntamente con Cristo en los lugares celestiales. Efesios 2:4-6 dice: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.”
Tengo que confesar que muchas veces mi mente me pregunta: ¿cómo es posible que estemos aquí en la tierra y, al mismo tiempo, en el cielo, juntamente con Cristo? Solo le respondo a mi mente: ¡está escrito! Si la Biblia lo dice, ¡yo lo creo! No camino por vista, sino por fe. Además, ordeno a mis pensamientos que se sometan al señorío del Espíritu Santo. La verdad no es lo que dice mi mente, ni lo que siento; la verdad es lo que está escrito. La Palabra de Dios es verdadera, y por eso es tan importante conocerla bien. Al principio, comienzas callando tu mente de todo lo que va en contra de la Palabra de Dios, pero muy pronto tu mente se renueva y empiezas a pensar de acuerdo a la Palabra.
Recuerdo cuando era un cristiana recién convertida y escuchaba a muchas personas en mi iglesia orar de esta manera: “Oh Señor, perdóname por venir así delante de Ti, porque soy un trapo de inmundicia, un gusano, no lo merezco…” Los escuchaba y me preguntaba: ¿cuál es su fuente de información? ¿Cómo llegan a esas conclusiones? Mi Biblia decía algo diferente sobre mi posición, sobre mi autoridad y, por lo tanto, sobre mi identidad en Cristo. Puesto que tú y yo ahora somos nueva criatura, significa que antes de Cristo estábamos muertos en nuestros delitos y pecados. ¡Pero ahora ya no! Veamos 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” ¡Todo es nuevo! Ahora lo único que necesitas hacer es quitarle todos los derechos legales al enemigo y operar desde la realidad de que eres una nueva criatura.
Para más detalles sobre cómo eliminar los derechos legales del enemigo y operar desde tu nueva identidad, visita www.liberacionenjesus.com
Un curso en línea de 7 módulos en el que recibirás comprensión para obtener las llaves que Dios nos dio para la liberación y experimentarás el poder del Espíritu Santo para ser libre.
Un encuentro presencial para capacitarte y equiparte en liberación. Este seminario se imparte durante el fin de semana y nos lleva a un profundo viaje hacia la libertad en Cristo. El seminario incluye momentos de ministración personal y oraciones de liberación.
